José Gabriel Condorcanqui, Tupac Amaru, recogiendo el clamor de su raza y acompañado de criollos negros y mestizos, con escopetas viejas y otras armas primitivas a la usanza de los viejos tiempos de la conquista, toma a Sangarara y hace ejecutar en la Plaza Pública al corregidor Arriaga, famoso por sus atrocidades. Una parte de los sublevados con él y otra con su esposa Micaela Bastidas, situal El Cuzco. La demora en el ataque permite esperar la llegada de otros caciques con 17 mil hombres, que a la postre lo derrotan. Así, pues, cae prisionero, es juzgado por rebelde a la Corona Española y es ultimado atrozmente.