Más allá de la consideración de si el toreo es un deporte, un arte o simplemente un primitivo y feroz entretenimiento, lo cierto es que Manolete fue un verdadero ídolo para el pueblo español. Nació el Córdoba en 1917 y su nombre era Manuel Rodríguez Sánchez, igual al de su padre, también torero y con el mismo apodo. Adiestrado por su progenitor, vistió por primera vez el traje de luces en Córdoba, en 1934. Lentamente se fue convirtiendo en una verdadera leyenda para el público de ese espectáculo.
Aquel trágico 28, Manolete debió hacer frente al toro Islero de la ganadería de Eduardo Miura, famoso por su bravura de sus animales. En el momento en que el torero clavaba su espada en el toro, éste le clavó una de sus astas en la ingle. Se sucedieron momentos de confusión y se perdieron valiosos minutos mientras se desangraba. Después fue llevado al hospital donde murió al día siguiente. En marzo de 1997, el doctor Garrido, hijo del cirujano que atendió a Manolete, declaró que el torero no murió por la cornada sino por una transfusión con plasma en mal estado que se le realizó después de la operación.