Intensificar los esfuerzos para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos (PDA) como elemento crítico para lograr un futuro alimentario sostenible para todos, es el llamamiento a la acción del PNUMA y la FAO en todos los ámbitos, desde los gobiernos y la sociedad civil hasta las empresas, los consumidores y las instituciones académicas y de investigación, se precisa un abanico de enfoques específicos. La colaboración a lo largo de toda la cadena alimentaria, la creación de redes, la sensibilización, y la ampliación de soluciones probadas para reducir la PDA son todos elementos clave.
La reducción de la PDA está consagrada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas; concretamente, en el contexto del ODS 12, que busca garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles, la meta 12.3 consiste en “reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita mundial en la venta al por menor y a nivel de los consumidores y reducir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y suministro” para 2030.
Algunos datos y cifras
Se estima que a escala mundial el 13 % de los alimentos —el equivalente a 1 250 millones de toneladas— se perdió después de la cosecha y antes de llegar a las estanterías de los minoristas en 2021 (FAO, 2023).
Se calcula que en 2022 se desperdició el 19% de los alimentos —el equivalente a 1 050 millones de toneladas— en los hogares, los servicios alimentarios y el comercio minorista (PNUMA, 2024).
Los hogares generan el 60 % del desperdicio mundial de alimentos (PNUMA, 2024).
Aproximadamente el 28,9 % de la población mundial —esto es, 2 330 millones de personas— sufrieron inseguridad alimentaria moderada o grave en 2023 (FAO et al., 2024).
Una de cada 11 personas en el mundo padeció hambre en 2023 (FAO et al., 2024).
La pérdida y el desperdicio de alimentos generan entre el 8 % y el 10 % de las emisiones mundiales de GEI (IPCC, 2019)